domingo, 12 de mayo de 2013

En tiempos de crisis, dignidad ante la moneda.

Hace poco, oí una frase que me gustó:
"A mi parecer, ésta no es si no una crisis de valores, y no económica"
Y en verdad, pensé que quizás, y solamente quizás, aquellas palabras estuviesen más en lo cierto que cualquier político/economista/consejero. Pero creo que cabía profundizar más en ellas.

La mayoría, si no todos pensaréis en concepto básico de crisis de valores: Si estamos en crisis es por carecer de principios y de ideal de revuelta, en pos de una revolución con tal de reparar el daño hecho por una mala gestión por los que, en definición deberían ser los guardianes de nuestro país. En lugar de ello, optamos por una postura costumbrista dotada de aguante digno pero inútil. Permitimos que gente sin escrúpulos arruine no solo un país, si no el nombre de éste.

Pero tras ésto, hay una frontera escondida a la vista que no desentraña sus misterios.

En tiempos de crisis, en tiempos dónde escasean la moneda, los lujos, los presentes, poco a poco desaparecen y se reducen la valía del honor, el orgullo, la fuerza y, en última instancia, la dignidad.

La dignidad...

Una moneda épica escasa en estos tiempo. Con ésta, mi corta vida, ya he sido testigo de la pérdida de dignidad en pos de un deseo de personajes que creí ser portadores de la señera de un corazón inquebrantable.
Y la dignidad humana, bañada en nuestra valentía y tenacidad se merece más que eso. Si por defender tus ideales, creer en tus principios, si por luchar por una causa perdida contra uno o numerosos enemigos, tú solo o acompañado ves comprometida una meta, una moneda, un deseo o un tiempo mejor, opta por dar batalla, pues quizás nunca consigas lo que te propones y pierdas dichas apuestas, pero al menos conservarás el valor de tu persona, no obstante, si te rindes, si vendes tu dignidad al mejor postor y olvidas que la nobleza y la pureza se nutren de tus fuerzas, entonces sí, llegarás a tener bienes elevados, llegarás, quizás, a ser el más envidiado de los seres...

...pero habrá valido la pena no poder mirarte al espejo, a no poder lanzar una sincera mirada a los tuyos, a nunca poder recuperar aquello que te fue arrebatado por el vil metal: la dignidad?

Y si soy capaz de lanzar esta pregunta, es por haber apostado yo mismo, y haber elegido la opción que me permite sonreír sinceramente cuando es necesario, que me deja verme al espejo sin vergüenza, y abrazar a los míos pese a perder quizás, una oportunidad de vender mi alma por un bien.


6 comentarios:

Recomenzar dijo...

Maravilloso tu blog Gracias por hacerte conocer

Marinel dijo...

Es una verdad irrefutable que además de la tan traída crisis económica,la de los valores comenzó a gestarse mucho antes,en el sentido,que como tú bien indicas;la pérdida de ellos.

Hemos o estamos abocados a un lento pero seguro,tal y como se van viendo las cosas,retroceso donde la barbarie venida de la incultura e insolidaridad,prevalecerá.
A no ser que optemos por salir de la verja donde nos han metido o al menos luchemos porque no lo terminen de hacer.

El borreguismo tiene que desaparecer si no queremos ubicarnos permanentemente,en una regresión a todos los niveles.

Añado para terminar,que no es tarea fácil y que cada vez está más claro que habrá que sucumbir a una revolución en contra de quienes nos han metido en este atolladero:
Los políticos y demás ralea.
Perdona la extensión,¿sí?
Besos.

Josep dijo...

Pocas veces puedo estar más de acuerdo con un artículo como este. Vicens, no te das cuenta que cada vez la gente tiene más alma de esclavo?. Si mañana hubieran unas nuevas elecciones verías que volverian a salir los mismos. Hay una corrupción generalizada y a pesar de que "en la intimidad" todos protestamos a la hora de la verdad no es cierto. Cada vez la gente es más individualista y la dignidad de verdad solo la usan cuatro.
Te felicito, amigo. Un abrazo.

María dijo...

Me ha encantado tu texto, Vicent, y estoy de acuerdo en lo que dices.


Un beso.

ese barra a punto dijo...

Los que luchamos estamos perdidos, Vicent. Somos los apartados de una sociedad que solo busca oro en cualquier parte, beneficio puro, y nos hemos perdido. Quién lucha? Ya nadie se atreve a abrir la boca por que no merece la pena. Los tuyos se callan todos los días porque en casa no han aprendido a pensar, votantes del PPSOE, que no se plantean pensar por qué votan a cada uno. Competencia desleal entre partidos en estado puro.
Luego te planteas hacer algo con tu vida, denuncia, y demás, y piensas en los medios de comunicación. En la ilusión de trabajar ahí y hacer algo por una sociedad estancada y ves lo podrido que está ese mundo y no ves salidas fuera de cubículos donde vender tu mente por un sueldo de mierda.
Dónde luchamos, cariño? En las calles no nos hace caso apenas. Queremos ver un cambio antes de morir? Si es así, tengamos claro que muchos no verán un nuevo día, pero qué más da, porque el mañana que nos espera no merece la pena ser vivido con dignidad, porque no vas a poder hacerlo.
Mi recomendación, siguiendo los tópicos, vete al monte, vive en una casa allí, con muchos libros y escribe a la luz de las velas, o de día, pasa frío y siéntete vivo con alguien a tu lado que quiera huir y vivir una vida digna, porque aquí, en las ciudades, lo que nos espera es o morir arrodillados con unos cuantos años y copas de más, o morir luchando, y por muy grande que sea nuestra residencia, en algún momento esto acabará y nadie tiene una bola de cristal para predecir el futuro, pero podemos asegurar que no será bonito.

Nusk dijo...

Por cierto, se que no viene al texto, pero preciosa "Adios Dulcinea"... Crisis de conformismo, no falta dinero, escasean las ganas de lucha.