martes, 12 de marzo de 2013

Jamás.

13 de Marzo del año oscuro de un alma noble.

Inmensos abrazos.

Hace un año, frente al devenir oscuro y temeroso, os pregunté donde marchasteis. Hace exactamente un año, abandoné mi espada, mi escudo, mi fervor y mi alma para, no sin olvidar que jamás debo rendirme, preguntar porque alguien tan necesario tuvo el deber y la obligación de marcharse. ¿Por qué si hay oscuridad, es vuestra mirada la que tuvo que marcharse? ¿Por qué si aún existe el invierno, fue vuestro el calor que me fue despojado?

Hace un año no logré siquiera concebir la mínima idea de que no estuvieseis en mi mano, en mi pecho, en cada latir incesante de mi corazón heredado por vos.No creí que no volviese a ver vuestra ancha mano al caerme, ni a veros de nuevo en cada una de las mil batallas que libre. No pensé en cada día en que no me mandaseis misivas, ni en cada mirada de hijo y padre que me perdería. No lo pensé, porque al igual que el sol, eráis necesario, y vuestra marcha era inconcebible.

Sin embargo, sí que sucedió, pues han sido trescientos sesenta y cinco días en los que, día tras día, he sentido vuestra ausencia tanto como vuestra presencia antaño: ambas me hostigaban, solo que por una de ellas habría sido capaz de abrir por la mitad a este mundo desolado.

Han ocurrido batallas duras, sin duda. Pero sin duda, la más dura aún queda por librarse. El llegar a ser digno de vuestro tacto, de vuestro rango, de vuestro saludo de igual...el llegar  ser merecedor de todo el amor y el cariño que volcasteis en mí...no, por supuesto esa batalla aún no he sido capaz de ganarla, pues es mi meta última.

Entre mis mayores deudas hacia vos, destaco el enseñarme a leer; a mi se me inculcó el arte de interpretar las letras. Vos, sin embargo, me mostrasteis la belleza de las palabras, tanto en la prosa como en la poesía. Destaco también mi nuevo credo, heredado de vos tras analizar vuestras hazañas: No hay mayor gloria, que luchar por una causa perdida, y por ello, por esas palabras se mueven en muchas ocasiones mis extremidades hastiadas. Destaco, entre otras miles de vuestras glorias, el mero hecho de haberme abrazado. Nadie en el mundo abraza como yo, pues mi abrazo es vuestro abrazo, así como el vuestro es ahora mío.

En este año, mi corazón ha emigrado a tierra de nadie en una batalla cruenta por no caer en el odio, en la apatía y la rabia.

Pero también creo oportuno, en estos días de paz en que no hay muerte a mi alrededor, resarcir vuestra sonrisa con buenas nuevas. Mis deberes como recluta van en buen camino, no sin esfuerzo, pero como vos decíais, solo los mejores pueden mantenerse. También informaros de que vuestro joven capitán y yo hemos confeccionado y tejido, a base de fuerza, sonrisas y buenas maneras, una relación tan dura y homogénea que no hay manera en que, si uno sangra, el otro no lo note. Una misa moneda, vos, distintas caras, él y yo. 

Pero...en ocasiones, como en estas líneas, aparto mi yelmo y dejo caer mi corazón de niño, inacabado por madurar, a mis entrañas. Padre, papá...te añoro de la misma manera en que os añoré aquel 13 de marzo por la tarde. Os añoro igual que el mismo instante que oí aquellas palabras malditas. Y si os añoro, si necesito de estar solo y que nadie toque mi corazón, es porque tu eras la llave de mi coraza. Sólo tú eras capaz de realmente tocar mi alma. Sólo tú fuiste el que me arrancó sonrisas en los momentos más críticos de mi vida, papá, sólo tú estás aquí cuando no hay nadie, pues antes que tus recuerdos quedan tus enseñanzas por vivir, por luchar, por sentir y por amar. 

No alcanzan ya palabras suficientes a describir cuanto te echo de menos, pues de ser así, significaría que hay ciertamente una medida para añorarte, pero no puede existir, pues cuando alguien destinado a ser feliz llora cada noche amargamente sin remedio alguno, es porque sufre un dolor sin límite alguno.

La reina, madre de mí, ha sufrido hasta lo indecible en estas líneas. Os necesita tanto o más que yo, pues fuisteis y seréis un recuerdo imborrable en su piel. No sabéis cuál es el dolor que me recorre al verla ahora, al ver el abismo de lo que una vez fue, y todo porque vuestra marcha ha sido una saeta de fuego dura y raquítica.

Vuestro capitán, se ha endurecido, y sus rasgos me recuerdan cada vez más y más a los vuestros. Sobretod aquella mirada que siempre susurraba: "Todo irá bien".

Vuestra capitana: Se encuentra quizás en el zenit de su vida, en el apogeo de su perdón y sus límites. Pienso en ella como el espectro de un gran caballero, pero capaz de volver a su antigua gloria. Siendo carne de vuestra carne, es capaz de mover un mundo si se lo propone.

Vuestros hermanos, sin embargo, han cambiado. Son ahora más fuertes, y os recuerdan con tanta estima como su madre, la emperatriz. Es una época olvidada, pero la soberanía de vuestro candor no les ha dejado.

Sin embargo, he de decir que no puedo decir nada favorable en mi persona, pues me encuentro perdido y desolado. Ni el motivo de mi vida conozco, ni si mi senda está siendo la correcta. He crecido más este año que los diecinueve que le preceden y sin embargo me siento más pequeño que nunca, incapaz de saber si mis logros son los requeridos, si soy digno de vuestro apellido, o del honor que vaga colgado de mi cuello.

En todo caso, sabed estas palabras: El sol podrá estallar en mil pedazos, sumiendo la humanidad en total oscuridad; el viento podrá algún día dejar de mecer las ramas de los árboles; los mares podrán secarse y la luna podrá olvidar su belleza en algún lugar, sin embargo, nunca hallaré en lugar alguno, sonrisa tan ancha que pueda curar y sanar toda herida que le plante cara, pues así solo había una, la vuestra.

Y recordad, noble caballero, alto cargo de la más alta nobleza, que nunca muere aquello que no puede ser olvidado, permanece en el corazón de sus incondicionales.

Una de las tantas páginas   de mi deshilachado corazón.

Esperando ser algún día, digno sucesor vuestro.

Vicente Magraner Ripoll 

E.M.S.A

Por nombre de:
Santi Magraner Ripoll

Amanda Magraner Ripoll

Mª France Ripoll Barba.


2 comentarios:

Nathalie dijo...

Com sempre, preciós. Segur que està molt orgullós de tu. Besets.

ese barra a punto dijo...

Mucho tiempo ha que no me paso por aquí.
Me ha llamado la atención, no por primera vez, que escribas de una forma tan noble cuando al rededor solo hay poesía barata y cartas de amor en barras de bar.
¿Qué es de ti, Vicent?
Antes hablábamos, te perdí la pista hace mucho. Me da bastante pena, me encantabas.
Un beso, dos abrazos y tres sonrisas.