lunes, 12 de noviembre de 2012

Mi luz.

En este frío invernal hallo la más cálida lumbre,
es una poderosa llama incandescente que me abriga el alma
que me abraza y me calma, que me cubre.

Ando con pasos decididos pues tú eres mi faro,
sin miedo me atrevo a volar, a luchar contra todo enemigo
pues se que siempre estás conmigo, a mi lado.

Y aunque duela esta marcha forzosa, no temo,
pese a todo la soledad me rehúsa y me huye
pues sabe que eres tú mis luces, a las que tanto anhelo.

Nunca más me he preguntado cuánto amor se puede profesar,
pues no es ni el cuanto ni el como, si no el cuando
y tú amaste hasta el último de tos pasos, pues para ti el aire era amar.

¡Pero que lejos se halla tu candil!
Es una luz perenne pero parpadeante en mis horizontes,
vienes, me abrazas, me haces reír
y desapareces en el cielo, y secas mis lágrimas feroces.

¡Pero cuánto daño en un trece, en un marzo!
Cuanto daño produce una ausencia jamás sospechada
pues tu fortaleza era digna del guerrero más bravo
y tu manera de abrazar, tu manera de abrazar...
...algo que jamás creí que añorara.

2 comentarios:

Maruja dijo...

Me gusta como escribes.
Un gran saludo.

Andrea dijo...

Mientras lo leía me sentía completamente nadando entre las palabras. Me ha encantado, de verdad.
Un saludo!:)