martes, 14 de diciembre de 2010

El miedo de Glornik

Antes que nada aclarar que estos últimos días estaré muy ocupado, intentaré entrar tanto como pueda.
También decir que estos fragmentos que subo no tiene porque estar en la novela que estoy escribiendo, si no que son un esbozo de lo que en un momento u otro ocurrirá.
Siento no poder pasarme pos vuestros blogs como antes, pero deveras que estoy echo polvo.
Volveré pronto.
Palabra.
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Glornik se levantó del frío suelo, hasta llegar al límite que las cadenas le permitían.
Para mayor crueldad, las cadenas se habían clavado mediante u agujero y un candado a las muñecas de Glornik, para mantenerlo bien sujeto al suelo.
Su espalda, mutilada a causa de los hachazos brutales que la habían propinado instantes antes, conocedores de que las armas normales no acabarían jamás con su vida, el charco de sangre a su alrededor era solo una muestra de su humillación.
Apresado y torturado por su propia gente, aunque todos sabían a ciencia cierta que eso no habría mellado su corazón, Kuolfra tenía preparada otra sorpresa.
El sol iluminó sus ojos, su hocico, ensangrentado, olió de repente el aroma que tantas veces había deseado, y ahora temía....
Landariel.
Entraron al patio un regimiento de hombres lobo con armaduras espectacularmente engalanadas. A la cabeza, Kuolfra con la cabeza alta, mirando fijamente a Glornik, al final de la comitiva iba Landariel esposada, lloraba y miraba al suelo.
Glornik se levantó un poco mas, sintiendo un dolor espeluznante en las muñecas, y gimió de dolor y rabia, gimió de impotencia.
Pese a ser de día i estar el sol en su punto mas alto, la sombra se cernía sobre Glornik y Landariel.
Landariel con el temor de perder a Glornik.
Glornik, con el terror de saber que le esperaba a Landariel.
Ató Kuolfra a la princesa en el centro del patio, y le propinó una sonrisa a Glornik que ardió en su corazón como azufre.
Al terminar de asegurar la cadena alrededor de sus muñecas, salió del patio, y mandó cerrar todas los portones.
-Glornik...-La voz de Landariel sonó como el sonido del cristal resquebrajándose poco a poco.
Mas Glornik no hablaba.
-He de agradecerte que volvieses a por mi...después de todo lo que te hice.
-Silencio era la respuesta del hombre lobo.
-Y, decirte, que eres el ser mas maravilloso que tendré el placer de conocer. Tus gestos, tu mirada...todo lo que en mi penetra y se queda dentro es parte de ti. Y aunque se que sientes lo mismo, aunque lo niegues...Te amo...
-Landariel...creeme...el final que te espera no es agradable, disfruta tus últimos segundos de vida.
-Solo lograría hacerlo, si estuvieses conmigo, a mi lado, como otras tantas veces.
-De repente, como el amanecer del juicio final, o el comienzo de un cataclismo, un portón enorme se abrió, seguido de aullidos de hombres lobo y gritos arrancados del mismo corazón de Glornik.
Landariel tardó en asimilar lo ocurrido.
De la bruma que salía del interior de los portones no aparecía un gran monstruo para proceder a su ejecución.
Apareció una figura humana.
Aun asi, Glornik se volvió loco, se agitó de un lado a otro, no dejaba de gritar, y Landariel no conseguía entender nada.
De repente, todo quedó claro.
El humano miró a Glornik y sonrió. Y Landariel contempló sendos colmillos hambrientos de sangre.
Kuolfra había decidido no matar a Landariel, si no convertirla en una vampira.
Algo que Glornik no podría aguantar.
Paso tras paso el vampiro iba acercándose a Landariel.
Y con cada paso, Glornik se volvía mas loco y se producía a sí mismo mas dolor.
Al llegar a Landariel, la cogió por el cuello, y la observó, cogió con dos dedos una de las cadenas y la rompió, y hizo lo msimo con la otra.
Y la llevó ante Glornik, a la distancia justa para que no llegara a alcanzarle.
El hombre lobo era todo nervio, no dejaba de tirar de las muñecas, desgarrándose la piel y mirando fijamente a los ojos del vampiro.
-Disfruta del espectáculo, chucho-Escupió el ser que sostenía a Landariel.
Y quizás movido por pánico o por la locura, Glornik tiró con furia y rabia de la muñeca izquiera, ocasionando que se romipiese, atravesando literalmente su antebrazo, y con la poca fuerza que tenía en ese brazo, cogió la cadena restante y tiró de ella, lo suficientemente fuerte como para romperla, al terminar su liberación, solo pudo murmurar entre lágrimas:
-Landariel....

2 comentarios:

María (LadyLuna) dijo...

Te expresas muy bien, me gusta cómo escribes :)

PÍNTEGA dijo...

Ansiosa estoy de empezar a unir texto a texto...yo tampoco andaré por aqui estos dias me voy a mi tierra por fin! Has puesto que estás hecho polvo, espero que sea por estudios o trabajo o por algo sin importancia al final. Cuidate mucho y nos leeremos a la vuelta de vacaciones. Un beso