Jackson i Jill

Jackson se lanzó en el ultimo segundo.
Consiguió aferrarse a la mano de Jill, cogerla por la muñeca,antes de que se cayese por el acantilado. Fue en el último momento, en que cayó al borde, en que se dio cuenta de cuan débil era su situación. Por detrás se acercaban todos aquellos hombres, que casi con seguridad los ensartarían en sus espdadas, y él no podía nisiquiera desenfundar la suya, una mano aguantaba a Jill, la otra, se aferraba fuertemente a una roca, su situación era precaria.
Empezaba a oír los silbidos de los mercenarios.
Miró a Jill.
La vio contemplándole, con esos grandes ojos fijos, marrones, y mágicos. Vio el miedo en sus ojos, el conocimiento de saber que acababa de hacer una estupidez.
Jackson no pudo mas que sonreir para aliviarla
Y surtió efecto.
-Por que lo has hecho?-Preguntó la princesa.
-Mi señora, os amo. Y vos, por que os habéis intentado matar de esta forma dejando este soldado solo y enamorado?
-Por que te amo caballero Jackson, y con mi muerte cesara tu persecución.
-Los pasos eran cada vez mas próximos. Jackson tiró de Jill tanto comp pudo, pero llevaba días corriendo y sin comer, y no tenía fuerza suficiente.
-Princesa, ha sido un placer huir con vos tantos días, ha sido mágico sentir vuestras palabras en el fondo de mi corazón como una paloma mensajera.
-No hables com si fuese el final Jackson, soltadme por favor.
-Antes de soltaros me lanzaría yo con velocidad para mitigar vuestra caída con mi cuerpo.
-Siempre con buena cara contra la adversidad y esa caballerosidad suicida Jackson.
-Y Jackson vio la solución, aunque era casi un suicidio.
-Princesa, tirad de mi espada y dádmela en la mano libre.
-Jill estiró el brazo tanto como pudo, el dolor de sus extremidades le propinó un calambre, pero consigió hacerle entrega de su espada a Jackson.
-Princesa, sonreid ya que vais a seguir gritándome.
-Y clavó la espada en una parte de la montaña mas débil, y Jill se dio cuenta, y se cogidó de la espada.
-Y como os defenderéis?
-Me las apañaré bien, volveré.