Hace mucho, éones y éones, el mundo era solamente un planeta, sin sol ni luna, iluminado por una materia mágica que residia en el interior de la tierra.
La oscuridad no tenía cabida en nuestro mundo, y gobernaban distintas entes sobrehumanas.
Hubo un momento, en que Jor-iL, guerrero entre guerreros, ferviente creyente de la justicia, se enamoró de Atta, bella doncella allá donde las halla.
Largo fue el tiempo en que Jor-iL, oculto tras las sombras, hizo de Atta, una mujer mas feliz y protegida.
Mas un dia, al dejar Jor-iL un ramo de rosas rojas en la puerta de Atta, esta se dispuso a salir, quedando uno delante del otro.
Jor-iL perdió esa valentia que le caracterizaba, y luchó por soportar la mirada vacía de Atta. Ella, sin embargo, no comprendía nada, mas al ver en el suelo esparcido un ramo de rosas rojas, una sonrisa, mas blanca que las nubes se abrió paso a través de su cara, hasta poder decir, con una voz tremendamente suave: GRACIAS.
A partir de ese día, Jor-iL luchaba mas fervientemente en las batallas.
A partir de ese momento las estrellas visitaban a Jor-iL cada noche en su cama.
Y un día, no pudo Jor-iL mas que esperar a Atta delante de la misma puerta donde ella le sonrió, habiendo recolectado toda la materia que daba luz a todo su mundo. Habiendo arrancado la vida a las plantas, habiendo desheredado a las personas de su luz mágica.
Al abrir Atta la puerta, no pudo mas que enamorarse de tan bello regalo.
Pero las deidades de nuestro mundo se enfurecieron por el egosimo y la arrogancia de Jor-iL, y combinaron toda su fuerza con la materia mágica, y alli mismo lo arrancaron de brazos de Atta, y crearon el sol, condenado a iluminarnos eternamente.
Mas Atta, ya enamorada, demostró amar a Jor-iL, pactando compartir la condena de iluminar al mundo junto con él por toda la eternidad.
Fue tal la grandeza de quel acto, que los entes divinos decidieron mezclar la bondad de esa doncella con la poca materia que quedó, y se creó la luna.
Y mas aún, permitieron a ambos estar un día al año juntos, y permiteron ser eclipsados a ambos, recordando a la humanidad que cuando ellos dejan de tener luz, el amor mas grande jamás creado, se vuelve pasión.
La oscuridad no tenía cabida en nuestro mundo, y gobernaban distintas entes sobrehumanas.
Hubo un momento, en que Jor-iL, guerrero entre guerreros, ferviente creyente de la justicia, se enamoró de Atta, bella doncella allá donde las halla.
Largo fue el tiempo en que Jor-iL, oculto tras las sombras, hizo de Atta, una mujer mas feliz y protegida.
Mas un dia, al dejar Jor-iL un ramo de rosas rojas en la puerta de Atta, esta se dispuso a salir, quedando uno delante del otro.
Jor-iL perdió esa valentia que le caracterizaba, y luchó por soportar la mirada vacía de Atta. Ella, sin embargo, no comprendía nada, mas al ver en el suelo esparcido un ramo de rosas rojas, una sonrisa, mas blanca que las nubes se abrió paso a través de su cara, hasta poder decir, con una voz tremendamente suave: GRACIAS.
A partir de ese día, Jor-iL luchaba mas fervientemente en las batallas.
A partir de ese momento las estrellas visitaban a Jor-iL cada noche en su cama.
Y un día, no pudo Jor-iL mas que esperar a Atta delante de la misma puerta donde ella le sonrió, habiendo recolectado toda la materia que daba luz a todo su mundo. Habiendo arrancado la vida a las plantas, habiendo desheredado a las personas de su luz mágica.
Al abrir Atta la puerta, no pudo mas que enamorarse de tan bello regalo.
Pero las deidades de nuestro mundo se enfurecieron por el egosimo y la arrogancia de Jor-iL, y combinaron toda su fuerza con la materia mágica, y alli mismo lo arrancaron de brazos de Atta, y crearon el sol, condenado a iluminarnos eternamente.
Mas Atta, ya enamorada, demostró amar a Jor-iL, pactando compartir la condena de iluminar al mundo junto con él por toda la eternidad.
Fue tal la grandeza de quel acto, que los entes divinos decidieron mezclar la bondad de esa doncella con la poca materia que quedó, y se creó la luna.
Y mas aún, permitieron a ambos estar un día al año juntos, y permiteron ser eclipsados a ambos, recordando a la humanidad que cuando ellos dejan de tener luz, el amor mas grande jamás creado, se vuelve pasión.
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