miércoles, 27 de octubre de 2010

Jack y Victoria

El fuego hacía un curios efecto al reflejarse en sus lagrimas. La silueta de la chimenea era todo lo que lograba ver Jack, mientras apuraba la última copa, y sorbía su nariz con rabia. La oscura habitación, enmoquetada, con solo un sillón y las paredes transformadas en estanterias llenas de libros, no era mas que el refugio de Jack contra su muerte, de allí se escondía de su final.
Hoy, que ella le había arrancado su felicidad y su fuerza, y la había sustituido por un puñal y una carta de despedida en forma de amante.
De repente una pequeña rendija de luz apareció al lado de la chimenea, la cual se hizo mas grande, para luego desaparecer, alguien habría entrado.
Y ese alguien sería Victoria, claro.
Y vendría llorando, claro.
Y él lloraría mas.
Y moriría, claro.
-Hola, Jack.
-El silencio fue toda respuesta. Jack solamente se apretó el vaso, aún frío, a la frene, deseando en el fondo de su ser que se marchase, pero sin convicción para ordenarselo.
-No te culpo porque no me hables...pero escuchame solamente.
-No.
-Pero Jack!
-He dicho que no, i requiriese de tus servicios, te serían pagados deacuerdo a tu condición actual.
-JACK!
-Entonces Victoria rompió a llorar, silenciosa y discretamente, aunque Jack, conocedor de todos sus sentimientos, sabía que cada una de esas lagrimas desprendían un dolor inimaginable, pues no hay lloro mas amargo que el que no quiere ser oido.
-Deveras piensas eso, Jack?-Su voz sonó desgarradoramente triste.
-Que importa lo que piense, que importa todo? Mi mundo se desmorona y tu te preocupa de lo que piense de ti?
-No, lo que me preocupa, lo que a mi me importa, es lo que tu sientes, lo que tu corazón piensa, solamente eso.
-Jack lanzó el vaso de cristal al fuego, avivando por un instante sus llamas, y se levantó, volcando el sillón también, y mirando fijamente a Victoria, que tuvo que luchar por no caer de espaldas, aterrada.
-Le dijo el muerto al degollado! Como osas hablar de mis sentimientos, tu, que te has acostado con otro, y pretendias ocultarmelo, tu que me has arrebatado tus labios, tus ojos, tus caricias, tus manos y tus miradas, tu, que me diste el cielo iluminado por estrellas y ahora me lo quitas, tu, que me diste luz para dejarme ahora en la oscuridad! No eres mas que eso, oscuridad para mi-Se giró y levantó el sillón, pausadamente, y, mientras se sentaba, dijo- Quise ser tu vela en noches oscuras, pero veo que vas sobrada de candil.
-Es decir, que pretendes ajusticiar tu rabia, tu falta de luz, quitandome a mi la mia, privandome de la unica persona que realmente me puede hacer feliz!
-Te acostaste con otro!
-Y tu me dijiste que no me querías!
-Como querer a alguien que pretende esconderte en una caja para sí mismo, y que después pretende exhibirse ante todos?
-Eso no es asi, y lo sabes.
-Si que es asi, y por eso, te pido que salgas por la puerta.
-Pero Jack!
-Jack quizás no fue lo que tu pensabas, y solo quería ser feliz sin tener que entender nada ni a nadie, solamente a una persona, asi que no me pidas nada, y marchate de mi vida.
-No! Jack, no pienso renunciar a noches entre tus brazos, a lunas llenas en cientos de cielos nocturnos! No voy a perderme a ninguna de tus caricias ni un solo de tus besos, te amo Jack! Y nada podría cambiar eso!
-Jack, aún sentado en el butacón, no se movió. Victoria aguantó quieta un rato, hasta que al final se adelantó delante del sillón y vio como los rios de las muñecas de Jack lloraban, mientras su cuerpo, ahora frío, restaba quieto.

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