martes, 17 de abril de 2012

Tanto

Tanto cabe en mi mano como vuestra alma sabe volar;
tanto cabe, porque vos la estrechasteis con orgullo.
Tanto, tanto os extraña este insigne lugar
que son obsidianas negras las lágrimas que se derraman.

Tanto, tanto cabe en mi mano como es azul el cielo que gobernáis;
tanto, que me duele al apretarla, al no notaros,
pues vos eráis el bálsamo de las heridas que no sanan jamás,
y es ahora cuando sangro pena y rabia, insomnio y melancolía

Tanto cabe en mi mano, pues en ella se halla vuestro órgano,
aquel corazón inmenso, que abarca todo cuanto veo, mi vida,
pues aunque os halléis en un lugar lejano,
siento vuestro abrazo en mi pecho, vuestro beso en mi mejilla.

Tanto...tanto os extraño, padre, tanto,
que no veo ya horizonte al que mirar si no es el de vuestra admiración
y aunque me cueste un sudor, que aún no he derramado
juro y perjuro con amor, que será mi sangre la que veréis correr
con vuestro nombre en sus pieles, y en mi corazón, vuestro legado.

Tanto os quiero, porque sois ejemplo de luz,
tanto, y tan alto, que se enrojece el sol al ver vuestra falta.
Volasteis, pero no sin dejar un precioso baúl;
una familia, que atesora todo lo que fuisteis:
un ángel, desparecido en el cielo azul.

3 comentarios:

Ginés J. Vera dijo...

Un auténtico aullido de lobo, de fe, de amor y de poesía.
Un saludo.

María (LadyLuna) dijo...

Admiro tu poesía.
Un saludo.

Mommyblue dijo...

Está orgulloso de tí, de tu poesía, de tu integridad, de tu creatividad. Estoy segura.