jueves, 20 de octubre de 2011

Ayuda

Mientras Tomy jugaba con su pelota, se daba cuenta de que su guardería era preciosa. El color pastel en las paredes hacía que estuviesen en un mundo que, incluso lo mas duro, parecía mullidito. Su pelota era nueva, y no dejaba de lanzarla una y otra vez a la pared. El edificio era pequeño, contando solo con una pequeña oficina, un baño y el enorme espacio donde jugaban él y todos los niños. Para él, era un mundo.
De repente entró una mujer.
-Un niño nuevo-Pensó Tomy, sonriendo.
-Ese niño era oscuro, con el pelo muy corto, y una mirada muy extraña. Cuando su madre le dejó en el suelo lo primero que hizo fue mirar alrededor suyo. Cuando sus miradas se entrechocaron, Tomy sonrió. Él entrecerró los ojos.
Su madre se marchó, y la cuidadora de la guardería (gran amiga de Tomy) empezó a hacerse un café.
De repente el niño nuevo vio a una niña rubia. La niña jugaba con su muñeca tranquilamente, y cuando levantó la cabeza vio como el niño nuevo le señalaba la muñeca. Cuando ella negó con la cabeza, el niño nuevo dijo:
-Tu eres una niña, quiero esa muñeca porque yo soy un niño.
-Y de un tirón, el niño nuevo cogió la muñeca,  y le propinó un sonoro golpe en la cara a la niña, que rompió a llorar. Todos los niños se acercaron a la niña, y la trataron de consolar, pero el niño nuevo no hizo mas que quedarse mirándole. Tomy estaba sentado sobre su pelota, observando.
De pronto llegó la cuidadora, y cuando vio el espectáculo, le dio un diminuto golpe en la mano al niño nuevo, que tenía un extraño acento, cogió la muñeca y se la dio a la niña, que dejó de llorar. Tomy vio la mirada de odio del niño nuevo hacia la cuidadora tras pegarle.

Al día siguiente, ningún niño quería jugar con el niño nuevo, y todos acordaron que cuando llegase nadie le hiciese caso. Pero al entrar, todos se sorprendieron al verle vestido con un vestido blanco y un extraño pañuelo enrollado en la cabeza. Además todos vieron un pequeño bolsito que llevaba colgado. Tomy siguió jugando con su preciosa pelota, cuando el niño nuevo se le quedó mirando. Tomy le devolvió de nuevo la sonrisa, pero el niño nuevo se fue al baño, y cerró la puerta.
Tomy se distrajo mientras salía mirando por el pequeño hueco de la puerta de la oficina. Desgraciadamente llamaron al teléfono y la mujer cerró la puerta.
Y entonces, de la nada, apareció el niño nuevo, con decenas de cohetes encendidos pegados en las manos, al grito de:
-!Una mujer nunca pega a un hombre!
-Pero su sorpresa fue mayúscula al ver que, la puerta que unos segundos antes estaba abierta, estaba ahora cerrada, y en su mano los cohetes estaban pegados con cinta adhesiva. Dándose la vuelta se quitó todos cuantos pudo, y todos los niños le miraron, rodeándolo en la distancia. Todos le tenían terror a esos cohetes, pero deseaban ver como el niño sufría por ser tan malo.
Finalmente explotaron, muchos en el suelo, y solo cinco en la mano izquierda del niño nuevo. Le hizo unas heridas muy pequeñas que todos disfrutaron. Todos excepto Tomy.
Él fue al baño, y subiéndose a la taza cogió la toalla, la mojó, y se la trajo al niño, que lloraba y lloraba. Le volvió a sonreír y mientras que con la parte mojada le limpiaba el brazo, con la parte seca le limpiaba las lágrimas.
-¿Qué haces?-Preguntaron sus amigos, mientras cuidaba del niño nuevo, que tenía la cabeza gacha- No le queremos aquí. Es malo.
-Y Tomy se dio la vuelta solo un momento, solo un instante, al tiempo que el niño nuevo se quitaba su turbante, y decía:
-Eso no me importa. Cuando alguien se siente mal, hay que ayudarle. Todos necesitan ayuda alguna vez.

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Esta historia la iré retocando porque creo que puede quedar mejor. Esta es una nueva sección en la que explotaré la inocencia pura de los niños, los animales y el mundo que nos rodea, y todas serán metáforas de nuestro mundo actual.
La idea es que tanto la gente de los blogs como la gente anónima los lea y diga que ha entendido, puesto que con esta historia me refiero a algo que ocurre hoy en día.

3 comentarios:

Anna dijo...

Jo he entés que reflexes com ja des de xicotets a algunes persones les inculquen una cultura que no es respectuosa i per tant no es correcta. Que la majoria de l'altra gent simplement els jutja mal (com es mereixen) i punt.Però el que s'ha de fer realment és ajudar-los, sempre hi haurà gent amb problemes i mala xo una cultura sencera no deuria ser així...
un bes

Anónimo dijo...

Hola Vicent, he leído con interés tu relato. Me gusta que abras esa nueva vía de experimentación narrativa y espero que te de muchas alegrías. Toma (por favor) como un humilde consejo si te digo que sé que puedes darle una vuelta de tuerca y pulir pequeñas cosillas. Por lo demás, felicitarte y animarte.
Un saludo.

ese barra a punto dijo...

Suspiro.
No sé qué decir.

Impecable.
Escalofríos escalando por la espalda.

Un beso, pequeño.