sábado, 30 de octubre de 2010

Versia

Saludos!
En esta entrada, y en posteriores, voy a postear lo que denomino una novela, echa por mi, su nombre, Versia, es propia debido a que es el mismo nombre del mundo del que se habla.
Asi pues, iré posteando poco a poco fragmentos de esta historia, deseoso de conocer vuestras opiniones.

Primer fragmento:

La lluvia caía intensamente. Los paladines estaban expectantes ante tanta batalla, se miraban con miedo, tal vez con la esperanza de que el compañero que tenían al lado les dijese que seguro que saldría vivo de esta batalla, pero todos sabían que no era así. Nunca estaban seguros de quienes volvían y quienes se quedaban en esas tierras.
La lluvia dotaba al ejército de humanos vestidos con armaduras de acero un aspecto brillante que no mermaba la decisión del enormemente superior numéricamente que se les erigía delante de ellos. Días antes un mensajero, como tantos otros atrás, le rogó al rey Travius, rey de todo el territorio de Mundoterra, el mayor de los cuatro, que se dispusiese a la rendición, o que se resignase a morir a manos de otro codicioso señor de la guerra, Travius olvidó rápidamente su nombre.
Era de noche, delante de las murallas de Crisoloro, la capital de Mundoterra, esas grandes murallas que nunca ningún enemigo había llegado siquiera a tocar. La ciudad contaba con un minúsculo ejército de mil guerreros, pero con la diferencia de que se trataban de paladines. Poderosos guerreros vestidos con pesadas armaduras casi impenetrables, que habían sufrido durante años de infancia i adolescencia un riguroso entrenamiento y gran sufrimiento físico, eran pocos los que llegaban a entrar en sus filas, y menos los que morían en la batalla, por mucha que fuese la superioridad numérica.
-Ey Erik, quién crees que la palmará esta noche?-Preguntó con un gracioso tono de broma uno de ellos detrás de Glornik.
-Yo, con que tu madre me prometa que esta noche me volverá a recibir entre sus sábanas, me mantendré vivo por ella.
-Las risas de un pequeño grupo de paladines aliviaron un tanto el ambiente. Glornik, un paladín del que nadie sabia absolutamente nada, simplemente llegó un día, y hizo las pruebas para entrar a ser paladín, y fue el único de su grupo que lo consiguió pese a no haber sufrido el entrenamiento de los demás, tenía el pelo corto, aunque el casco de la armadura se lo tapaba. Unos rasgos definidos en su cara, tales como unos ojos con grandes pestañas, grandes pupilas y una nariz muy recta, adornaba su cara además con un bigote que se le juntaba con una perilla, rodeando por tanto por todos lados sus labios. Era de los más altos de los paladines, debía medir alrededor de un metro noventa, y su cuerpo era todo músculo, sin ápice de grasa, sin embargo era de los mas bien definidos de los paladines, no era una montaña de músculos, simplemente tenía un cuerpo estructuralmente perfecto, y con una fuerza muy, muy superior a lo que cabría esperar de alguien así. Era muy reservado y solo se le veía hablando con Travius en las ceremonias de victoria de los paladines.

-Esta vez son más o me lo parecen a mi?-Prosiguió Erik.
-Sean más o menos, recuerda lo que suele ocurrir, simplemente debemos esperarnos y ocurrirá, como de costumbre.
-Un suspiro salió de la boca de Glornik al oír aquello, sabía perfectamente a lo que se referían.
Y si, también sabía que ocurriría.

Un cuerno de guerra dio la alerta a los paladines que desenvainasen espadas y escudos, como de costumbre Glornik fingió olvidárselo, pero todos escrupuleaban que lo había perdido, pero no era de importancia ya que manejaba la espada en solitario mejor que la mayoría de los mejores espadachines de Mundoterra. Un lento paso empezó la agonía de los que formaban la primera fila del ejército de paladines, la lluvia ya había creado sus charcos, y frente a ellos se alzaban soldados bien ataviados, sin experiencia alguna, pero que les triplicaban al menos en numero, armas de guerra, arqueros, jinetes y cañones de guerra, que manejaban la pólvora como quién maneja un tirachinas.
Los soldados de las primeras tres filas del ejército del señor de la guerra salieron en pos de su batalla, corriendo y haciendo el máximo ruido posible, al mismo momento los arqueros lanzaron simultáneamente una lluvia de flechas, obligando a los paladines a avanzar para resistir la débil embestida de los soldados contra ellos.
El choque fue apenas imperceptible para estos.
Las flechas no dañaron de gravedad a ningún paladín, y la embestida fue en vano, todos los soldados acabaron rápidamente en el suelo debido al choque con los escudos sagrados. De pronto tres filas mas de soldados empezaron a dirigirse al campo de batalla, pero abriéndose en abanico.
Tanto Glornik como Travius, a lomos de su caballo de guerra permanecieron serios en el centro del círculo de paladines cuando los soldados hubieron rodeado al ejército, los arqueros habían optado por coger espadas ligeras e incrementar el grosor del círculo.
-Rey Travius, proceded a vuestra rendición y nadie más perderá la vida, estáis rodeados y con cientos de armas de guerra apuntando a vuestras murallas, sois reconocido en vuestro reino por vuestra buena voluntad, pues dejad que estos pobres soldados conserven la vida.
-Como respuesta, Travius levantó una mano y señaló al mayor de los cañones de guerra, en ese momento algo muy extraño ocurrió.
      El aire empezó a embravecerse, los paladines agacharon sus viseras para que el polvo no traspasase a sus ojos, nadie miraba nunca, era ese el pacto que habían echo tras la primera batalla, nadie miraba, todos permanecían quietos a la espera de su momento.
Y se oyó el rugido que tantas veces había oído.
Un salto le bastó a la criatura para apartarse de los paladines, y llegar al círculo vacío entre los paladines y los atacantes, entonces se mostró en todo su esplendor.
Un hombre lobo.

3 comentarios:

Militos dijo...

Está muy bien escrita, y se puede sacar un buen guión de película, las descripciones son perfectas, no hay que hacer ningun esfuerzo para contemplar el campo de batalla.
Me gusta.
Un beso

Anónimo dijo...

Mmmmmhh...molt bonic! Amb ganes de més!
Esperem el següent fragment... :)

Un besot!


...Roos

Irene Comendador dijo...

Que manera de escribir mas grafica, me ha gustado y mucho, porque me posicionaste en ese campo de batalla con sus flechas y esos dos bandos de guerreros inquietos
Con final impactante, muy bueno si duda
Bueno estaré esperando ver que nos regalas de esta maravillosa historia
Besos y nos vemos
Irene