jueves, 28 de octubre de 2010

Lluvia

Mientras la lluvia incesante caía lenta por la ventata del autobús, me digne a contemplar una niña que miraba fijamente en mi dirección. En el momento en que el conductor arrancó el vehículo, esta echó a correr.
Lo curioso de esa niña era su precioso impermeable rojo.
Al dia siguente, el sol había echo evaporarse a las miles de gotas de agua rebeldes, mas aún asi, en la misma parada, allí estaba la niña, igual vestida, y, igual que la última vez, echó a correr.
Al tercer día, lo mismo.
Y un cuarto.
Incluso un quinto.
Hasta que el sexto, bajé corriendo del autobús, y, justo en el momento en que cruzaba la carretera para llamarle...
-Señor, su hijo sigue en coma. Responde al tratamiento correctamente, mas quizás deberían en pensar en llamar a un buen abogado. La niña pudo haber sido herida por culpa de su hijo.
-A que se refiere?
-Su hijo, trató de matar a una pobre niña alegando que era la quinta vez que la veia.
-Señorita enfermera, no consiento ese tipo de bromas, pues debería usted saber que mi hijo, es ciego.

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