miércoles, 27 de octubre de 2010

La vida me sonrie

Los diez grifos se lanzaron al mismo momento contra el hombre lobo. Este, por su parte, aguantó sin recular su embestida aunque le costase varias heridas.
Landariel miraba fijamente a Glornik y al acantilado. Los habían acorralado para o matarlos o tirarlos abajo.
Eran seres enormes, fuertes y feroces, pero un hombre lobo los tomaba como niños.
Pero el problema, al que la exausta Landariel no veía solución era el enorme numero de las bestias, nunca diez grifos se habían unido contra un único objetivo.
Glornik no dejaba de golpearles con el bastón pero nada servía, poco a poco llegaban al borde.
-Alguna idea princesa?-La voz de Glornik, como siempre, reconfortante y sarcástica.
-Si, ponte alas.
Glornik se giró y en un mismo giro lanzó a Landariel por encima de los grifos y se lanzó el volando al borde. Los grifos lo siguieron cayendo por el barranco.
Landariel fue a mirar cual amarga viuda.
Lo encontró cogio de una rama, aunque al bajar lo habían echo trizas.
-La vida me sonríe, la muy hija de puta

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