jueves, 16 de abril de 2015

Hay en mi algo imborrable


Hay una mancha en mi que lleva tu nombre,
imborrable y eterna, perpetua de ti.

Hay en mi un vacío inmisericorde,
que no se llena si no ve que se acerca un fin.

Hay en mi una rabia contenida que me encoge,
un dolor taciturno que clama por vengar y salir.

¡Hay en mi un saber sin saber que escoge
callar pues no hay mayor dolor que extrañar y fingir!



Que no culpo ni tu libertad ni mi fervor,
que maldigo al todo y a la nada;
porque es silencio lo que se desprende al preguntar
qué ocurrió con aquella insigne mirada.

Que reniego de un mundo efímero y gris,
pues no me maldigo, de nuevo, mas que por lo que se pierde.
Que el mundo nunca verá un lazo sin igual;
perdido está un amor que dejó marca por siempre.

Pues hay en la tierra un lugar destinado a recordarte,
allí donde haya hadas escudriñando, que sea tu nombre su clamor,
pues no hay magia si no es por ti,
pues no hay vida sin ella, ni ruido, ni voz, no color.



Hay una mancha en mi que lleva tu nombre,
una secreta marca que por siempre me lleve.

Hay en mi una manía inmutable de correr,
allí donde aunque haga sol, aún llueve.

Hay en ti un vacío que llenarlo a mi me corresponde,
aunque sea una manía maldita que aún, duele.

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