domingo, 5 de junio de 2011

Un último esfuerzo.

El título del post viene dado porqué me quedan para ser exactos, cuatro días para el selectivo. Es duro estudiar de esta manera, mas es un sacrificio necesario.
Hoy, antes de irme he rebuscado un documento en un cajón viejo, y he encontrado una pequeña historia de mis ocho añitos (si, ya apuntaba maneras jaja) y que me ha echo ver que no hay nada peor que olvidar las raíces, las ilusiones, los ideales. Con vuestro permiso, pasaré a mostrarla de manera un tanto modificada, y teniendo en cuenta que tenía meramente ocho años (con lo que me supuso cuatro días escribirla, si no recuerdo mal)


Melvin llegó al pueblo de Tuser un frío invierno. Iba a ser el nuevo de ética en el colegio, y todos ya le tachaban de extravagante. Vestía con pantalones negros, pero camisa blanca de botones, abierta por el segundo botón, y con un colgante ambiguo en él.
Melvin iba de casa a la escuela, pero nadie sabía que es lo que hacía al salir de ella, y los primeros días, nada se supo de él.
-¿Qué ocurre con la vieja ONG del pueblo?-Preguntó un buen día en medio de una clase.
-Nadie contribuye desde hace años. En alguna festividad alguien da lo que puede, mas la gente ha perdido la ilusión.
-Melvin se sintió extrañamente afectado por ello. Al salir de clase, fue y dio una gran suma a la ONG. Los demás pueblerinos se sintieron insultados y ofendidos, pues era una cantidad tan grande que les tachaba a ellos de tacaños. Mas al día siguiente dio la misma suma. Según decía, con la austeridad que le caracterizaba y el sueldo de profesor le bastaba y le sobraba como para permitirse darse una alegría al corazón e intentar ser mejor persona.
Pasó un mes, y se ganó la total enemistad dela población, que, aunque reacia y contradictoria con sus actos, le respetaba, pues era alguien integro, admirable.
Tiempo después, Melvin se interesó por la iglesia, y en sus ratos libres, se dedicó a reformarla, tapiando los agujeros por los que entraba el frío en invierno, y colocando instalaciones por las que entraría el viento en verano. En poco tiempo el párroco del municipio le nombró en todos sus sermones, y le nombró Solidario entre los Solidarios.
Los pueblerinos encolerizaron aún mas, e incluso llegó a recibir cartas incriminatorias, en las que se le tachaba de maleducado, de fantoche, de buscavidas.
Mas Melvin siguió dando clase, y dando todo el dinero que le sobraba. Incluso hacía muestras de caridad exorbitadas, como dando cobijo a enfermos en su casa.
Mas un buen día, Melvin al llegar a la ONG la encontró abarrotada. Extrañado y aterrorizado, se temíó lo peor, y entró, apartando la gente a empujones, solo para encontrarse con que todos y cada uno de los habitantes del pueblo había decidido abrir sus corazones a la gente mas necesitada. Melvin estalló en júbilo, y preguntó el motivo.
-Usted ha dado todo lo que tiene y lo que no, y nosotros solamente hemos que atacado su persona, y nos dimos cuenta que estabamos actuando en contra de los dictamenes de nuestros corazones, y que habíamos olvidado que un pueblo unido, posee mucha mas fortuna que el mas rico de los gobernantes. Usted nos ha mostrado que un único corazón dispuesto a dar ejemplo puede contagiar de alegría los demás.
Así se festejó esa noche la liberación del capitalismo en el pueblo, volviendo a las antiguas costumbres, volviéndose el pueblo un gran centro de turismo, ganando mucho dinero, que fue totalmente destinado a la ONG rural.
Mas, a partir de la noche del festival, Melvil desapareció, diciéndose de él que era un mensajero del bien, y que hizo mas por un pueblo en unos pocos mesos que un presidente por su país en cuatro años.




A partir del lunes espero ya volver, de todas formas me agrada ver que sigue entrando gente al blog, y que aún mas se sigue uniendo (gracias a todos y bienvenidos, al volver de mi estudio espero conoceros).

1 comentario:

ese barra a punto dijo...

Me gusta la historia.
La verdad es que me he planteado varias veces hacer algo por los demás, y con la acampada de aquí lo he conseguido, pero no me siento mejor persona, de facto, cada día me siento peor. Como si no hiciese lo suficiente...

Tus entradas, aunque cada día sean menos, son igual de impresionantes.

Espero que tengas mucha suerte en selectividad, aunque no te hace falta.
Sacarás el 12'5, y también el 13, como mínimo.

Un beso. :)