domingo, 10 de abril de 2011

Dulce y triste historia

Recuerdo como lo encontramos....
Si, lo recuerdo muy bien.
Recuerdo como tras el terremoto, ninguna esperanza era libre de llegar a la palabra "supervivientes".
Recuerdo muy bien como había gente que quería ayudar, como alguna, con una tozudería innata, sacaba escombros de los edificios.
Otras rezaba dia y noche.
Otras personas se atrevían a mojarse y entrar en los edificios que aún ardían.
Pero nadie como él.
Nadie.
Lo encontramos al segundo día.
Era en el centro comercial. Todos los pilares habían sucumibod y la tarea de quitar el techo de encima de ellos fue larga. Mas aún asi, lo encontramos en la guarderia.
Un simple mendigo había tenido las pelotas de llegar a ella, tirar la puerta abajo y colocarla sobre dos mesas de oficina.
Le encontramos con la espalda rota, aguantando el enorme peso que empezaba a hacer ceder la puerta de pino.
Debajo de él, sin razón alguna, tres profesoras y doce niños abrazaban a aquel vagabundo zarrapastroso.
Cuando lo levantamos y llevamos al hospital, nada se podía hacer, la silla de ruedas sería su mejor amiga.
Al poco fui a verlo.
En el hospital había una bolsa grande de plastico.
Me senté y le pregunté como se llamaba.
Bonjo, claramente era un nombre divertido y ficticio.
Le pregunté que por que lo hizo? Por que pudiendo salvarse como todo el mundo saliendo corriendo, vivir seguro, decidió arriesgarse a perder la vida.
Simplemente me contestó que tal vez asi le harían caso, y me señaló la bolsa. Cuando me levanté, me dijo:
<<Nuna me había funcionado>>
Al abrir la bolsa encontre un cartel:

Abrazos gratis.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que es más triste que dulce y aún así, siento que transmite esperanza. Espero que esa bolsa se reparta, su lema se extienda y que el ejemplo de este divertido personaje se contagie.
Un saludo.

ese barra a punto dijo...

Un loco tocado de la maldición del cielo
canta humillado en una esquina
sus canciones hablan de ángeles y cosas
que cuestan la vida al ojo humano
la vida se pudre a sus pies como una rosa
y ya cerca de la tumba, pasa junto a él
una Princesa.

No sé por qué me ha recordado lo que has escrito a esto (es parte de un librito, del que hablo casi siempre).

También a esto otro:

No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser anda. A parte de esos, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Estoy falta de palabras últimamente, ya siento no decir nada que se salga de lo normal.

Un beso.

Anónimo dijo...

Doce encontro
e triste
como todas as histórias
de amor...

María Part dijo...

sin palabras me he quedado :(

Irene Comendador dijo...

Uuuuffff, que historia mas dura mi vida, es de las que te dejan los huesitos desechos y la sangre coagulada, pero al fin y al cabo algo de esperanza se descifra sobre tus letras, como siempre tan bien escritas y tan bellas
Millones de besos, espero que estés bien
Hablamos guapo

Miguel Vivas dijo...

Qué bueno... A pesar de la tristeza, claro. Un saludo compadre!

Anónimo dijo...

Linda mezcla a pesar de que predomine el dolor...
Chico te superas... ;)
Besitos

Eduardo dijo...

Pues viecent, vicent... como dices dulce y triste historia... que agregarle a la vida cuando parece que tenemos de todo?... un saludo :)