martes, 9 de noviembre de 2010

A todos aquellos detenidos injustamente


Mis pisadas rompen el suelo
ante la atenta mirada
de mis compañeros de morada
mirando mi último viaje con miedo
será la última noche que duerma en mi cama
Me sientan ante una gran bandeja
comida, bebida, tabaco y alguna revista
es, definitivamente mi ultima cena
pienso mientras apuro mis ultimos momentos en la celda.
Bajo la escasa iluminación
entre barrotes de acero y hierro
viene un cura para la confesión
solamente dígale a mi madre que la quiero.
Me levantan de mi silla
me desnudad, me tomo mi ultima ducha
el agua casi me purifica
muerdo mi mano, al recordar que será la última
recordar, que no volveré a ver a mi hija.
El mono naranja me pesa
pido al guardia escribir hasta el final
él, me deja
sabe que no tengo posibilidad
me sientan delante de una mesa.
Mi mujer delante
ni el maquillaje lo oculta
me controlo de romper el cristal y besarle
el cristal blindado nos mantiene distantes
apoyo mi mano húmeda en él
ella me imita sin poderse contener.
El tiempo se vuelve insignificante
y mi última imagen de ti
es llorando, gritando, es desesperante
Entre arañazos te hacen salir...
han pasado veinte minutos
desde que dejé de escribir
en mi cara se distinguen surcos
no me puedo resistir
lloro al ver a mi verdugo.
Me dejan escribir con una mano
la otra, atada a la silla
aunque no lo parezca, me siento humano
aunque sea mi último día.
El gas invade la cámara
poco a poco solo logro ver mi libreta
mi tos se vuelve áspera
noto, como mi vida se acaba
noto, como cumplo con mi condena.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

tinc un nuc a la gola...
els ulls humits...
enhorabona

Ann

PÍNTEGA dijo...

Tiene que ser muy triste ese último dia y cuantos lo esperan de alguna forma. Un saludo.

jenny dijo...

m´agrada! :)